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La nacionalidad Tsáchila

Los Tsáchilas hacen parte de las 14 nacionalidades indígenas de Ecuador.

Se encuentran en la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas, con su capital la ciudad de Santo Domingo (4 horas desde Quito hacia el sur). Hablan el idioma Tsáfiki, de la familia lingüística barbacoana, que quiere decir verdadera palabra. Viven de la agricultura, en la producción de plátano, yuca, cacao, mais, crianza de aves, ...

Historia

La mitología de los Tsáchilas

Antiguamente, los Tsáchilas eran conocidos como los colorados (o "yumbos"). Así decían nuestros abuelos, al contar su historia transmitida desde padres a hijos, que ellos venían de un lugar lejano, después que habían muertos muchos de sus familiares por la enfermedad de la fiebre amarilla y la viruela. El acontecimiento sucede de la siguiente forma : vivían en un lugar llamado Tulipe, hoy en día donde se contagiaron de la enfermedad antes mencionada, en aldea y grupos de familias. Estando allí, empezaron a morir y a viendo que muchos se estaban muriendo, empezaron a hacer ceremonias : de limpiezas energéticas, baños de plantas medicinales, y ceremonias de Ayahuasca (en la lengua materna de los Tsáchilas : "Nepi"). Al momento de alucinar con la ceremonia de Nepi, empezaron a observar una fruta color rojizo que les podía salvar la vida de toda la comunidad. Al siguiente día, después de finalizar la ceremonia, se fueron en la selva a buscar tal planta, y encontraron al achiote, "mu" en Tsafiki. Ya regresando en la aldea en Tulipe, el chaman Tsáchila decidió que todos tenían que pintarse el cuerpo con achiote : niños, mujeres y hombres. Y al transcurrir de 8 días de ceremonias, notaron que se iban sanando y decidieron salir del lugar Tulipe hacia nuevos horizontes, hoy en día en la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas.

Los Tsáchilas actuales

Creencias, costumbres y evolución

En la actualidad, la población de los Tsáchilas se divide en 7 comunidades, con una aproximación de 3 800 habitantes. Como todas las comunidades indígenas, no es una excepción que está aculturalizando, es decir que se va perdiendo las costumbres antiguas de los nativos : idioma, vestimentas, gastronomía, ... Empezaron el proceso de dedicarse a la economía para sostener a la familia. Ahora tienen que vivir con la contaminación de los ríos, provocada por los habitantes de la ciudad, así que la pesca ya no es una opción de vivencia. 

También la tecnología llegó hasta las comunidades : electricidad, televisión, internet. 

A pesar de la intrusión de esa modernización en la vida de los Tsáchilas, siguen con una manera de vivir y de pensar propia : ceremonias de limpieza y de Ayahuasca, vestimento de las mujeres, conexión fuerte con la naturaleza y los ancestros, y todavía permanece la costumbre de pintarse el pelo con achiote, y la piel con huito.

El Tsáfiki

El idioma Tsáchila

Nuestra lengua nativa, que significa "palabra verdadera", se está desvaneciendo, y los jóvenes la están perdiendo, yendo a colegios donde solo se habla el español. En la comunidad Seke Sonachun, pensamos que es necesario sostener ante la sociedad un idioma que es originario. Lo practicamos en nuestra vida cotidiana, y lo transmitimos de forma natural a las nuevas generaciones. También ayudamos a aprender nuestro lindo idioma a todos que están interesados. 

Los más curiosos pueden empezar con unas bases des idioma Tsáfiki en este enlace : Diccionario Castellano Colorado.

Cuentos y leyendas

Historias transmitidas por las generaciones

En cada familia se cuentan historias de hechos mágicos que son transmitidas de forma verbal de generación en generación, así cada familia tiene su propia versión de ellas. Cada generación intenta grabarlas y transmitirlas para mantener la costumbre familiar.

Una de las historias más contadas tanto entre nuestras familias como a la gente que nos visita es la que explica el porqué usamos el achiote sobre nuestros cabellos o los motivos de los colores de nuestras faldas. Por eso con cariño les compartimos la versión de esta historia contada por el joven Tsáchila Sergio Aguavil, que ha recopilado muchas de las historias que aprendió de pequeño en un bellísimo libro llamado "El diario del chaman".

"Anteriormente los Tsáchilas no se pintaban el cabello, éramos vulnerables a ser atacados por los espíritus malignos por prácticas de chamanismo, donde ellos vivían hacían rituales y abrían portales, con el tiempo eso les traía muchos problemas con espíritus en el hogar, abandonando el hogar, y mudándose lejos, siempre vivieron viajando por esos problemas, al igual cuando moría algún familiar o poné (chaman), ellos debían huir el día que lo enteraban, porque su sangre es muy espiritual por ser todos de raza de chamanes, ellos al morir volvían de la muerte con su cuerpo en descomposición a su casa, trayendo costumbres del otro mundo. Traían para la familia bichos, gusanos, y carne en descomposición.

 

También por eso debían huir lejos, dejándolos envuelto en caña picada de bambú, en su pecho le acompañaba dos flechas de chonta dadas por un poné (chamán), ya que no eran de religión. Los Tsáchilas cuando morían, su Alma tenía que luchar contra los espíritus malignos hasta cruzar a un lugar más pacífico. Se defendían con esas flechas, esas eran sus armas.

 

Cada vez los espíritus eran más notables, muchos portales abiertos traían demonios, plagas y enfermedades, que terminaron matando a miles de Tsáchilas. Hasta que un día un grupo de chamanes decidieron reunirse para encontrar un espíritu de mayor fuerza y poder. Para que los ayude a luchar contra todos esos espíritus malignos y así dominar a los espíritus, plagas, y enfermedades. También fue para conocer más sobre lo que no podían controlar, así invocaron un espíritu de la naturaleza de cabellera roja con rayas blancas y negras en representación de la magia. La naturaleza les envió con el espíritu el color de su vestimenta, tal como es el manpe'sanpa.

 

Las rayas blancas y negras la representaron con el mali, a la aparición natural del Tsáchilas. Por esa razón el mali simboliza la protección natural que nos envió la naturaleza. La cabellera roja era la sangre de los Tsáchilas, y el espíritu les entregó el achiote para simbolizar al espíritu con su color. Para recordar siempre se cortaron el cabello como la cáscara del achiote y se lo pintaron con achiote. Algunos se pintaban todo el cuerpo para obtener más protección.

 

Así los Tsáchilas comenzaron a parecerse al espíritu, para poder salvarse de casi todos sus problemas espirituales. Pero al ser vestidos por la naturaleza, algunos Tsáchilas en casos anormales se conectaron demasiado con lo natural, que en algunas situaciones extremas, se convertían en animales, o los animales más parecidos se convertían en Tsáchilas también; pasaba eso por ser del mismo color natural blanco, negro y rojo, como en pájaros, guantas, tigres, piedras, con las características iguales. Los Tsáchilas, al ver su gran poder y saber que contaban con la ayuda del espíritu, se cegaron de poder, intentando dominar a los demás Tsáchilas, creando a Luban O’ko (espíritu rojo) El espíritu rojo, tomaba cualquier apariencia de color blanco, negro y rojo. Él era quien dominaba la magia de esos colores, transformándose en Tsáchilas, animales, plantas y objetos que tengan un tono rojizo.

 

Al espíritu rojo le encantaba la sangre de los Tsáchilas, ellos comenzaron a enviarse los unos a los otros ese espíritu rojo para dominar. Al principio sólo aparecía por invocaciones, pero después de ser invocado muchas veces y haberse bebido la sangre de muchos Tsáchilas, el comenzó a adquirir más poder y presencia en este mundo. Su aparición comenzó a ser voluntaria sin necesidad de ser invocado, comenzando a convertirse en un tata o'ko (espíritu antiguo enviado para matar) llamado Luban o'ko (demonio rojo). Así nuevamente los Tsáchilas comenzaron a ser atacados, otros comenzaron aprovecharse de eso y enviaban a Luban a matar a cualquiera que no le agrade.

 

A algunos poné Tsáchilas no les gustaba eso y comenzaron a cerrar los portales de Luban, para así reducir sus apariciones en este mundo por donde el cruzaba. Luban o'ko casi siempre no podía matar a un chamán, si no que iba y mataba al más indefenso de la familia, así comenzó una guerra entre chamanes, los buenos comenzaron a cerrar las portales de Luban y los malos comenzaron a invocar más espíritus malignos. Los poné buenos cerraron la mayoría de las portales, así siguiendo la lucha contra los tata o'ko y luban se colocaron un círculo de algodón en su cabeza. Eso significa la paz y sabiduría entre Tsáchilas chamanes, siendo así el comienzo de muchas historias mágicas en todos sus tiempos de lucha contra los malos espíritus."

Vestimenta

La ropa tradicional

Uno de los elementos más representativos de la comunidad Tsáchila es su vestimenta.

Tradicionalmente, los hombres se visten con una falda de algodón de dos colores, azul y blanco, que se llama el mampe sampa y representa los colores de la serpiente X. Se complementa con una cintura larga y roja, llamada sendori, y una bufanda de tela idéntica a la del mampe sampa llamada chumpi y que se pone en los hombros.

Las mujeres se visten también con una falda de algodón tejida a mano, llamada tunán. Tiene mucho más colores que la de los hombres : amarillo, azul, verde, rosado, ..., representando los colores del arco iris. En la antigüedad, las mujeres llevaban el torso desnudo, pero hoy en día son pocas que continúan con esta tradición y la mayoría utilizan blusas.

Hombres como mujeres tiene collares hechos con semillas.

La pintura corporal

Uno de los elementos lo más importantes de la cultura Tsáchila

Para realizar la pintura del pelo, los hombres Tsáchilas utilizan la semilla del achiote, mezclada con aceite de tangare, una fruta silvestre, o con vacelina o mentol. Todo este proceso recibe el proceso se llama mumukika. Este peinado tiene muchos significados : vida, fortaleza, y protección contra varias enfermedades como la fiebre amarilla.

La tinta que se utiliza para pintar rayas en el cuerpo (pucalé quedé) y el rostro (caforó quedé) viene del jugo de una fruta llamada huito, o mali, que se pone de color azul/negro con el contacto con el aire. Esta tinta se queda más o menos 8 días en la piel, y tiene la propriedad espiritual de proteger contra las malas energías.

En una época más antigua, los Tsáchilas se pintaban también los dientes con una tinta azul que viene de la planta ampuru ja.

 

 

La comida tradicional

Platos típicos

  • Uru : Consiste en la chicha fermentada a base de yuca, además utilizan esta bebida en las ceremonias y fiestas.

  • Lucupi : Sopa de Plátano verde.

  • Anó – ila : Se prepara con plátano verde molido, previamente cocido. El plátano se tritura en una tabla rectangular “runza” sustituye a la piedra de moler, para triturar el plátano se utiliza un rodillo de madera, el “anó-ila” es conocido también como bala nunca falta en el hogar Tsáchila.

  • Piyu – bilú : Consiste en moler el plátano con choclo, una vez molido, lo mezclan y lo cocinan finalmente sirven en las hojas del choclo o del plátano.

  • Jugo de Caña : se trituran los tallos de caña en el trapiche, que es un instrumento primitivo, una vez triturado la caña se obtiene el zumo que se lo deja en fermentación para obtener el guarapo.

  • Malá : Es una bebidas fermentada de maíz.

  • Malun Ninpuga : Este plato es preparado a base de gusanos “mayunes” asados, que crecen en la palma real lo acompañan con limón y maduro asado.

  • Mayón (el manjar de la tierra Tsáchila) : El mayón es un gusano que se reproduce en la planta de palma pambil, en el papayuelo (similar a la papaya) y en el plátano, y es uno de los alimentos tradicionales de la Nacionalidad Tsáchila. Su sabor es muy parecido al del maíz asado y los mejores ejemplares están en el pambil. En pinchos asados o refritos con su propio aceite, el mayón, o gusano de palma, está a la orden del paladar de todo el que lo prueba. Incluso hay quienes prefieren comerlos vivos.

  • Chiachano : Consiste en la tilapia envuelta en hojas recogidas y servido con maduro y limón.

Artesanía

Conocimientos ancestrales y variados

Desde siempre, los Tsáchilas realizan artesanías para ropas y accesorios.

Las mujeres tejen sus propias faldas, llamadas "tunan", de 14 bandas y 7 colores diferentes. También hacen las faldas de los hombres, llamadas "mampe sampa", de rayas blancas y negras. Cada tunan o mampe sampa se demora en la elaboración aproximadamente 30 días. 

Otra artesanía mayor de la comunidad es los collares hechos de semillas, cuales tienen un sentido profundo : la protección contra las malas energías, y para proteger la espiritualidad. Hombres y mujeres participan en esa actividad.

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Agricultura

A que nos dedicamos

El hombre Tsáchila ha evolucionado de ser nómada, recolector de plantas medicinales, pesca, a ser un hombre sedentario, dedicado a la producción de agricultura : el plátano, el cacao, la yuca, y la piña, para sostener económicamente a la familia. 

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